Cuando Carlos, un expatriado estadounidense que vive en #Colombia, finalmente conoció en persona a la atractiva joven con la que se había estado enviando mensajes en una aplicación de citas, su prevención comenzó a desvanecerse.
Tomaron una copa de vino y conversaron en su casa de Bogotá mientras veían el partido de fútbol de Colombia contra #México. Su química en persona parecía tan especial como lo había sido en línea.
“Entonces terminó el juego y tomamos una segunda copa de vino y recuerdo que me sentí raro, como con más peso en la cabeza. Y eso es lo último que recuerdo”, dice este padre soltero.
Carlos, quien pidió que no se utilizara su nombre real por motivos profesionales, estaba tan mareado a la mañana siguiente que fue al hospital. Los médicos le informaron que había sido drogado. Le llevó días recuperarse. Cuando finalmente regresó a su casa, se dio cuenta de que faltaban varias de sus posesiones, incluido su pasaporte y los de sus hijos.
Si bien este tipo de violencia, dirigida principalmente contra mujeres, no es nueva en Colombia, una serie reciente de incidentes violentos en los que personas que tenían citas fueron presuntamente agredidas, robadas y, en algunos casos, incluso asesinadas, ha llamado la atención del Departamento de Estado de Estados Unidos.