*María Corina y Manuel Rosales* Por Raúl Yusef La era democrática de nuestro país fue posible gracias al Pacto de Puntofijo. Tres líderes con pensamientos y visiones distintas, conscientes de la inmensa responsabilidad que tenían sobre sus hombros, dejaron de lado los egos y diferencias ideológicas que tenían entre ellos y desoyendo a los asesores radicales, negados a la idea del encuentro, se sentaron a compartir una visión de futuro...
Los intríngulis de la organización de ese histórico encuentro, que marcó el destino del país por más de 4 décadas, se desconocen, o no han sido suficientemente difundidas. Poco se sabe cómo se promovió tamaña iniciativa...
Gracias a los resultados de ese pacto o acuerdo, los venezolanos disfrutamos de la más larga etapa de éxitos y prosperidad que se conozca en toda la historia Repúblicana.
Rómulo Betancourt fundador de Acción Democrática, quién lideraba las simpatías de las mayorías para ese entonces, y el insigne Jovito Villalba fundador del partido URD, se dieron cita en la Qta. Puntofijo donde habitaba y los esperaba el Dr. Rafael Caldera, fundador del partido Copei, estos personajes sin complejos políticos y pensando en el destino de país, pusieron de lado sus diferencias, acordando y sellando el histórico Pacto, que a la postre permitiría instaurar la Democracia, lograr la estabilidad política y gobernabilidad del país, por 40 años continuos...
Eran tiempos difíciles, de inestabilidad e incertidumbre, que demandaban de sus líderes la adecuada lectura y mejor comprensión del momento, se requería mucha madurez y desprendimiento, pero sobre todo, un gran compromiso con la Patria, es así como ante tal desafío, se dispusieron a enfrentar el reto de sentar las bases políticas y programáticas del sistema democrático, el cuál una vez consolidado, sirvió de modelo para todos los países latinoamericanos, e incluso, para la España posfranquista.
Fue así como Venezuela pudo alcanzar su libertad y gozar de un sistema político alternativo; se desarrolló en paz librándose de la cruel etapa de las dictaduras caudillezcas y despóticas. Las cárceles se abrieron a la caída de la dictadura para liberar a centenares de presos de consciencia y nunca más desde ese entonces fueron utilizadas para encarcelar a presos políticos, hasta que en 1998 llego al poder el Socialismo del Siglo XXI, y su dictadura Chavista, quiénes además de destruir política, económica y socialmente al país, mantienen en las cárceles venezolanas a más de 400 presos de conciencia.
En aquellos tiempos se abrió la libertad de pensamiento y opinión, evitando la censura y el oprobio, regresaron del destierro miles de compatriotas exiliados y perseguidos por la dictadura; la prensa libre se expandió en todos los rincones del país; las Universidades se hicieron espacios autónomos y de pensamientos diversos; los partidos políticos fueron legalizados y habilitados, gozando incluso de apoyo financiero. Venezuela pudo entonces desarrollarse y crecer a una tasa envidiable en el continente y quizás en el mundo, dejando atrás un siglo de atraso y pobreza. En nuestro suelo patrio recibimos a miles de ciudadanos de otras latitudes en busca de oportunidades. Fuimos el país de Latinoamérica que más inmigrantes recibio. Jamás promovimos la xenofobia, nuestra hospitalidad y respeto por los que venían en busca de asilo, fue y sigue siendo reconocida por todos los pueblos del mundo.
Este escrito no tiene el ánimo de establecer comparaciones entre las figuras de María Corina y Manuel Rosales, con los protagonistas del pacto del año 58, considerando que toda comparación siempre resultará odiosa, sin embargo, creo que las circunstancias que vive nuestro país en estos momentos tienen elementos coincidentes con las que dieron lugar al encuentro de Puntofijo.
Ignoro si María Corina y Manuel Rosales, se han reunido o tienen pensado hacerlo, lo que si puedo garantizar, es que existen infinidad de venezolanos que estamos esperando que lo hagan y unidos al resto de líderes nacionales inicien una cruzada para recuperar la democracia, la libertad y el estado de derecho, logrando de esta forma el cambio político anhelado por todos.
Esta acción representa un nuevo desafío que no será el último, si consideramos las múltiples dificultades que tenemos al frente. Venezuela no soporta más esta tragedia que estamos viviendo. No podemos fallarle al país ni mucho menos a las nuevas generaciones que pagarán bien caro nuestros desafueros de hoy. La historia nos juzgará si esta vez fallamos. San Félix, 18/ Febrero 2024.