En los últimos tiempos ha habido una gran controversia —en parte estimulada por la publicación de la investigación del economista francés Thomas Piketty sobre el crecimiento de la desigualdad económica en nuestra sociedad. La dimensión del abismo entre los recursos económicos de quienes poseen más dinero y quienes tienen menos ha crecido rápidamente. Muchas personas consideran deplorable esta evolución de las cosas.
Ciertamente, quienes ostentan una mayor riqueza disfrutan de ventajas significativas, y a menudo cuestionables, sobre aquellos cuya riqueza es menor.
Evidentemente, esto es especialmente notorio en lo que atañe al consumo.