Sin desperdicio...!!!👇🏼

*ZAMUROS PER CÁPITA*
~ EPICENTRO~
JESÚS ANTUÁREZ
*Sociólogo, periodista y economista inconcluso.

El pasado 24 de diciembre, el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, antiguamente conocido como “Ministerio del Ambiente”, del cual guardo muy buenos recuerdos, publicó una nota de prensa indicando que iniciará un “Plan de Control de la población de zamuros” en la Estación de Transferencia Las Mayas, visto el incremento de estos animalitos en el vertedero; como consecuencia, según deduce el propio ministro, del aumento de la basura, señalando además que la proliferación de estas aves carroñeras son un indicador “de la reactivación económica del país”… ¡imagínese usted!

La nota pasó desapercibida por muchos, ocupados como estábamos en resolver los asuntos inherentes a la fecha. Sin embargo, dada las múltiples aristas que contiene, decidí traerla como abreboca del año que recién comienza porque esta vez si vale la pena “gastar pólvora en zamuro”.

Y es que uno se queda con la boca abierta cuando lee este tipo de noticias, o más bien bobadas, que relacionan, apoyándose en no sé cuál sistema teórico, la reactivación del aparato productivo de una nación con el número de zamuros existentes en una zona determinada… ¡vaya usted a saber!

Sería bueno ver la cara que hubiesen puesto Adam Smith, John Keynes, Milton Fridman o el propio Carlos Marx, al escuchar al ministro Josué Lorca explicando su revolucionaria tesis, todo circunspecto, desde una montaña de basura, que después es trasladada a un vertedero final conocido como “La Bonanza”… ¡qué paradoja!

En casi todo el mundo el zamuro es símbolo de miseria, hambruna y desolación. Lo relacionamos injustamente con la muerte, por su aspecto encorvado y sus alas negras extendidas (y pensar que nace blanco). Se asocia con la inmundicia y la fetidez por su costumbre de alimentarse de desperdicios, con lo cual le hace un gran favor al ecosistema. Algunas personas aseguran que su carne dura, maloliente y amarga sirve para curar el cáncer, y los estetas más estíticos, lo repudian por su costumbre de orinarse las patas para refrescarse.

Ya lo dice el refrán: “zamuro no come alpiste”

Esta conducta, mal disimulada, de algunos funcionarios públicos, la mayor parte convertidos en “zamuros de la política”, de llegar a conclusiones de esta naturaleza, indigna hasta al más pacífico.

Hace muchos años, cuando el servicio eléctrico comenzó su decadencia, uno de ellos explicó con arrogancia, que los apagones eran producto “del aumento del poder adquisitivo del venezolano” que se daba el lujo de cambiar su piazo de ventilador por un moderno acondicionador de aire de sopotocientos “beteú”.

Célebre fue el caso del mamarracho que argumentaba, frente a las cámaras de televisión, que la gente hurgaba en la basura en busca de comida porque había aumentado el número de restaurantes. “Si cerramos los grandes restaurantes acabaremos con la desigualdad”, se atrevió a decir.

En el 2023 no hubo aumento del salario mínimo; sin embargo desde Miraflores nos dijeron que hubo “logros” en economía, seguridad y defensa. Mientras tanto, trabajadores, jubilados y pensionados largan el forro sin entender las variables macroeconómicas que maneja el gobierno para asegurar un exabrupto como ese.

El ministro de Ecosocialismo dijo con gran optimismo, que con la ayuda de la FANB y la Alcaldía de Caracas, capturarán a los zamuros con trampas jaulas, los llevarán al zoológico de Caricuao y de allí, “a lugares idóneos” en otras partes del país, donde nunca han llegado ninguno de los 18 motores, aumentando de esa manera “el zamuro per cápita” de las áreas más empobrecidas y… ¡colorín colorao!

¿Será que no conoce el ministro el refrán que dice: “zamuro no cae en trampa, ni gavilán en lacera”?

Es que definitivamente no pegamos una. Venezuela está “en pico de zamuro” cansada de las reiteradas propuestas de reactivación económica, y tal como van las cosas, el incremento del “zamuro interno bruto” tampoco será para este año.

Chesterton, periodista británico, conocido como “el príncipe de las paradojas” dijo, “la esperanza es promover la ilusión en circunstancias que sabemos son desesperadas”.

De los zamuros de la política que ponen a cuidar la carne y que bailando se la comen mientras el resto del país sigue escarbando en la basura, hablaremos otro día.

“Zamuros de la barrosa/ del alcornocal de abajo/ ahora veremos, señores/ al pueblo pasar trabajo”.

JESÚS ANTUÁREZ
07 de enero 2024
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