En una campaña política los mensajes deben mostrar triunfalismo. Esto busca convencer y movilizar tanto a los militantes como a los independientes. Pero, mostrar triunfalismo no implica desconocer la realidad. En el caso de Venezuela no debemos olvidar que el gobierno aún cuenta con el control social sobre una parte de la población; con el control que ejercen sobre todas las instituciones del Estado; con medios de comunicación entrenados para tratar de imponer post verdades; con la jerarquía de las fuerzas armadas y con la cohesión que ejerce el miedo a perder el poder y sus consecuencias. Esto, sumado a la falta de escrúpulo, aún da margen de maniobra al madurismo. Desconocer esta realidad puede ser frustrante. Trabajar por controlar esas variables es necesario.