DOMINGO 28 DE ENERO DE 2024 Esta edición PDF del Papel Literario se produce con el apoyo de •Dirección Nelson Rivera •Producción PDF Luis Mancipe León •Diseño y diagramación Víctor Hugo Rodríguez •Correo e. riveranelsonrivera@gmail.com/•https://www.elnacional.com/papel-literario/•Twitter @papelliterario ESCRIBE OSCAR MARTÍNEZ SOBRE ALFREDO MEZA:
Alfredo, como buen reportero que sabe que para entender hay que permanecer, visitó al pran en sus dominios durante tres años seguidos. Alfredo, como buen reportero que sabe que una voz siempre es poco, habló con los acólitos del criminal, con quienes lo veneraban en las calles, con quienes lo padecieron. Algunas de esas personas, como la jueza Mariela Casado, lo padecieron hasta el punto de querer borrar parte de sus vidas.
NELSON RIVERA A la memoria de Marianne Kohn Beker I Entre 1921 y 1922 los bolcheviques aprendieron que el hambre es un arma letal. Entonces, a las secuelas de la guerra se sumaron las expropiaciones y la colectivización. La producción se vino al suelo. En escenas de indignación, cuerpos armados de los comunistas requisaban el grano producido en Ucrania, “el granero de Europa”.
Los campesinos que intentaban guardarse algo de lo que habían producido, eran abaleados. Las requisas eran ejecutadas sin compasión. A quienes se resistían, los fusilaban y les quemaban la casa. Las enfermedades se propalaron por campos, pueblos y ciudades.
La gente moría de hambre. Los cadáveres eran amontonados. Personas en el último estado de extenuación eran obligadas a cavar zanjas: allí lanzaban los cuerpos exangües de los que morían. Una escena basta: un testigo vio a una mujer que había muerto sentada al pie de un árbol. En su regazo, un bebé todavía con vida, intentaba succionar de su pecho. Al menos tres millones de personas murieron en menos de 30 meses. Repito: más de tres millones en 30 meses.
1933 es el año que marca el inicio de un tiempo trágico para la vida y la civilización:
Hitler asciende al poder en Alemania y Stalin inicia el proceso destinado a consolidar su dictadura personal.
A pesar de sus diferencias, uno y otro creían que el Estado debía, al costo que fuera, tener el control de las tierras y de la agricultura. El Plan Quinquenal de 1928 promovido por Stalin tenía su centro en la colectivización. La visión de Hitler consistía en arrebatar las tierras de Polonia y la Unión Soviética, matar o esclavizar a los campesinos.
Stalin lo concebía como una guerra por el grano. Hitler como un derecho de una raza superior. Ambos tenían a Ucrania como un caro objetivo.
II Ucrania, 1933. Día tras día, hasta cuarenta mil personas hacían cola para canjear un cupón por una pequeña barra de pan. A menudo las colas duraban dos días. Gente que recién había entregado las cosechas a grupos armados, salía a mendigar. Pululaban Lo que sigue no es una reseña, sino más bien una reacción al libro del historiador estadounidense Timothy Snyder (1969), Tierras de sangre. Europa entre Hitler y Stalin, riguroso y sistemático recuento de la práctica del asesinato de masas, que alcanzó su clímax con el Holocausto los enfermos. Caían muertos en sus casas, en las escuelas, en las calles. La policía tenía instrucciones de recoger los niños y encerrarlos. En un cuartel de Jartov, el número de niños que esperaba la muerte alcanzaba los veinte mil. En el diario de un burócrata del cuartel quedó escrito: “los niños piden que los saquemos de aquí, que los dejemos morir al aire libre”.
En diciembre se anunció que los kulaks serían aniquilados. Se asesinaba a personas que no habían cometido delito alguno. Se asesinaba por “necesidad histórica”. Se ejecutaba o se deportaba a los campesinos (en 1929 había arrancado la construcción masiva de campos de concentración; el GULAG llegó a tener 476 complejos y una población de condenados de 18 millones de personas, de los cuales más de tres millones murieron en sus instalaciones). Los campesinos lucharon. Los comunistas de Ucrania intentaron mediar. Entre cuatro y cinco mil personas morían ejecutados o de hambre cada día. Stalin decía que los campesinos desmoralizaban la revolución con sus “lloriqueos”.
La hambruna se convirtió en evidencia de deslealtad. Quien hablaba del hambre era considerado agente del imperialismo. Tener comida era un delito. Se producían leyes y leyes cuyo resultado era una mayor mortandad.
Los agentes del Partido Comunista llegaban en las noches a las casas de las mujeres cuyos esposos habían sido deportados:
las violaban y se llevaban todo lo que encontraban. El hambre era denunciada como saboteo al socialismo.
“En las últimas semanas de 1932, cuando no existían ni amenazas externas ni peligros internos, sin otra justificación concebible que la de demostrar que sus dictados eran inexorables, Stalin escogió matar a millones de personas en la Ucrania soviética. Adoptó una postura de pura mala fe, en la que el campesino ucraniano era el agresor y él, Stalin, la víctima”. Cientos de miles de familias campesinas se convirtieron en traidores al Estado. El promedio de muertes diarias alcanzó la cifra de diez mil. Primero fueron gatos y perros. Más adelante, carroña.
Por último, el canibalismo se extendió hasta lo inimaginable: niños que devoraban a sus hermanos recién muertos.
Cundía la prostitución a cambio de harina.
“Morían los que no querían matar a otros hombres. Morían los padres que no querían caer en el canibalismo, y sus hijos morían después”. Funcionarios comunistas reportaron que en 1933 murieron por inanición, en toda la Unión Soviética, más de 5 millones y medio de personas. De ellos, casi cuatro millones fueron ucranianos. Pero aquello, según los comunistas, no era más que un capítulo necesario en la historia del progreso humano.
III 1933: Himmler ordena poner en funcionamiento a Dachau, el primer campo de concentración nazi (antes de 1945 serán construidos más de mil campos).
A los judíos se les golpea en las calles, se les roba, se boicotea a médicos, abogados y comerciantes. Hitler dice: es la “ira espontánea” del pueblo ante la explotación judía. Entran en vigencia leyes que restringen la participación de los judíos en la educación, la agricultura, el trabajo y la economía. Entre 1933 y 1939 el régimen hitleriano aprobaría 1400 leyes contra el pueblo judío (1). En 1933 se soltaron los demonios que se articularán en la Shoá.
“Parte del talento político de Stalin residía en su habilidad para asociar las amenazas exteriores con los fallos de su política interior, como si ambas cosas fueran la misma y él no fuera responsable de ninguna”, escribe Timothy Snyder. Entre 1934 y 1939 Stalin cargó contra la propia sociedad soviética. Dijo en un brindis, con su copa levantada: “Destruiremos sin piedad a todo aquel que, por sus hechos o por sus pensamientos ―sí, ¡sus pensamientos!― amenace la unidad del estado socialista”. Entre 1937- 1938 el Gran Terror tuvo su clímax.
Los miembros de la policía eran a un mismo tiempo jueces, jurados y verdugos.
Allanaban. Torturaban. Se perseguía con obcecado tesón a enemigos imaginarios.
Atrapados en el extremo del dolor, los detenidos inventaban tramas de las que se derivaban nuevas detenciones, tormentos y falsas confesiones.
El relato de los delitos inventados adquirió proporciones fantásticas. Una joven analfabeta, que limpiaba el baño en una posada ubicada a 50 kilómetros de Tobolks, en Siberia, fue fusilada por poseer una postal de París (2).
IV Se emitían órdenes, unas tras otras, 27 DE ENERO >> DÍA DE CONMEMORACIÓN DE LAS VÍCTIMAS DEL HOLOCAUSTO Al este de Hitler, al oeste de Stalin para deportar y ejecutar ciudadanos.
Cada orden alcanzaba cifras estrambóticas:
ejecutar 79 mil 950 personas y deportar a otras 193 mil a penas entre 8 y 10 años. Establecían cupos. Los agentes debían mostrarse feroces. La flaqueza equivalía a traición. Los cupos se dividían entre 64 regiones administrativas.
Una troika escogía las primeras personas que debían ser interrogadas y torturadas. Unas pocas eran suficientes para que del cuerpo castigado florecieran confesiones ajenas a la realidad. El 21 de julio de 1937 Stalin puso su firma en una orden que permitía golpear a los detenidos hasta que confesaran. Las troikas luchaban entre sí por mostrarse eficientes.
Hubo algunas que quintuplicaron sus metas. Un minuto bastaba para determinar si un acusado debía ir al GULAG o ser ejecutado. Es famoso el rendimiento logrado por una troika de Leningrado, que en una jornada de nocturna de 7 horas, revisó los expedientes y sentenció a muerte a 658 personas. Más productividad: 15 agentes del NVDK de Moscú, ejecutaron a 20 mil 761 personas en Butovo, en menos de dos años. Al finalizar 1939 700 mil ciudadanos habían sido ejecutados, 300 mil de los cuales eran ucranianos y polacos.
Entre 1937 y 1938 más de 250 mil ciudadanos fueron liquidados por orden de Stalin, basado en razones étnicas.
La orden 00485 definía que algunas nacionalidades eran enemigas del Estado.
La saña con que se actuó contra los polacos-soviéticos podría conformar un catálogo propio de los horrores del siglo XX. Diez años de GULAG por tener un rosario. Muerte por no alcanzar la producción agrícola ordenada.
La NKVD patentó el método 'conferencia':
se reunía de 20 a 30 sospechosos en un sótano. Se escogía uno al que se le torturaba hasta la muerte, delante del resto. A continuación se recogían las confesiones que develaban el vínculo de cada quien con una supuesta Organización Militar Polaca.
(Continúa en la página 2) RUINAS DE AUSCHWITZ / MUSEO DE AUSCHWITZ 1933 es el año que marca el inicio de un tiempo trágico para la vida y la civilización”