Durante la meditación, el aspirante espiritual no habrá de cerrar por completo los ojos ni abrirlos mucho. Deberá mirar la punta de su nariz con los ojos entrecerrados y concentrarse en la radiante energía divina del Ajna Chakra. En este estado de ánimo de dicha, mantendrá las manos en el Chinmudra, con los dedos pulgar e índice unidos por sus puntas y los restantes dedos de cada mano separados. El pulgar representa a Brahman. El índice representa al individuo. El Chinmudra simboliza la proximidad de Brahman y el jiva (el individuo). El jiva, en conjunto con sus gunas (atributos y cualidades) está condicionado por el tiempo. Dios, en cambio, está más allá del tiempo y, por ende, todos los gunas desaparecen cuando el jiva y Dios se hacen uno.